A juicio del Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD), a los
dominicanas y los dominicanos de cara al presente y el futuro, nos
corresponde asumir la importancia que tiene en nuestra realidad política
y social, las correspondencias originadas en 1930 entre el demócrata
norteamericano Summer Wells y el patriota dominicano Angel Morales, las
cuales recogen las preocupaciones de los mismos ante el ascenso de la
tiranía de Trujillo, y su perjudicial incidencia en el desarrollo del
país y el establecimiento de un bien saneado liderazgo político y
social.
Angel Morales, quien era uno de los hombres de confianza del
presidente Horacio Vásquez, y el demócrata norteamericano Summer Wells,
trataron infructuosamente de impedir el establecimiento y consolidación
de la dictadura de Trujillo, a tal efecto, denunciaron la represión y
los crímenes del jefe del ejército, pero bajo la creencia errónea que
Trujillo era un guardia común, dotado solamente de la capacidad
limitada de reprimir.
Erróneamente, Morales y Wells sostuvieron en sus cartas, que Trujillo
duraría tres meses en el poder, desconociendo que el mismo iba tener
la habilidad de lograr para sus objetivos aglutinar el poder militar,
económico y el intelectual, para diseñar y crear su gobierno.
Ejemplo, es que no fue extraño que no sólo concentrara a su alrededor
a grandes intelectuales y aprovechara sus capacidades estratégicas,
como resultó el caso de Joaquín Balaguer, sino también, que fue el
primer presidente dominicano en usar masivamente el dinero en las
elecciones para la compra de voluntades.
Práctica la cual, se ha reflejado como una herencia de la dictadura
trujillista hacia nuestros tiempos, siendo seguida por el presidente
Balaguer en los gobiernos de los doce años, haciéndola de una forma tan
astuta y discreta, que sus opositores, confiados en ganar en base a una
superioridad ideológica y un liderazgo mesiánico, no la percibían, hasta
que en 1978 Peña Gómez lo descubrió y pudo derrotar a Balaguer con su
propia arma.
Aún hoy en día, pese haber transcurrido más de medio siglo de la
caída del régimen trujillista, en forma perjudicial al fortalecimiento
de nuestra democracia y a la solidificación del Estado y la sociedad
dominicana, nuestra clase política, sigue utilizando el método de
Trujillo para ganar las elecciones, en base al uso sin control del
dinero, como factor de compra de voluntades y franco abuso a los altos
niveles de pobreza en que se encuentra sumergidas la mayoría de los
habitantes del país.
Dada tan penosa realidad y los infecundos resultados que nos ha
arrojado esa perjudicial forma de proceder, en el Consejo Regional de
Desarrollo (CRD), entendemos, que a todos sin excepción, nos corresponde
el deber cuidar y proteger la democracia, especialmente del poder
superior del dinero, a fin de erradicar los vicios que hemos heredado
de la dictadura, así como la mezquindad y la pobreza social que generan
los sentimientos egoístas y antipatrióticos.
Para dichos propósitos, el CRD en sus estrategias, propone que las
escuelas y universidades dominicanas, al mismo tiempo de corresponderles
develar en detalles el lado oscuro de la dictadura de Trujillo, deben
concientizar en torno a los graves males causados por los vicios que
hemos venido adoptando de la misma, con la irracional manipulación al
pueblo dominicano en las campañas electorales, para sí lograr el
control y el uso racional de los recursos empleados en éstas, y también,
para romper con el justo temor, que poseen una gran proporción de
nuestras ciudadanas y ciudadanos de involucrarse en las actividades de
nuestros partidos y en las aspiraciones políticas, pese a ser
detentadoras de una sólida visión, capacidad gerencial, honestidad y
vocación de bien.
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