miércoles, 19 de noviembre de 2014

Juguemos en la escuela

La tanda extendida del Colegio Don Bosco,  el Oratorio Don Bosco.  Llegue al Don Bosco desde Castillo, mi pequeño pueblo en San Francisco de Macorís, a los diez años. Fue duro, pero la tanda extendida del Don Bosco, con sus juegos variados, me enseñaron a disfrutar una nueva vida.
La escuela clásica, al estilo industrial, ha sido muy seria y muy dura. Es muy parecida a un largo túnel en donde vamos pasando por puntos de supervisión, y en donde la diversión y el juego se consideran irrespetuosos.
Hagamos una gran revolución en la educación, coloquemos el juego como el centro de la educación.  La tecnología que se ha desarrollado en estos últimos años está centrada en el juego y la diversión. Usando estas tecnologías, los amigos  que estamos separados, ahora disfrutamos comunicándonos y jugando a distancia.
Niños de dos y tres años aprenden los números, el abecedario y otras habilidades intelectuales jugando con la nueva tecnología.  Estamos arribando a la realidad virtual, y el juego será el principal instrumento de educación.
La seriedad es interesante, pero no será el centro de la educación en los próximos años.  Los maestros que hemos centrado nuestra capacidad en ser buenos supervisores del proceso educativo, seremos desplazados, y esto ocurrirá en un tiempo tan rápido, que no tendremos tiempo para admirarnos.
Los países desarrollados nos ganaron la carrera de la revolución industrial, lograron tener mejores fabricas, mejores universidades y lograron el bienestar para sus pueblos.  Hoy, a la puerta de una nueva revolución digital, no podemos permitir que se nos vayan adelante, y lo primero tendríamos que hacer es transformar nuestro obsoleto sistema educativo, heredado de una revolución industrial que cuando llego a nosotros ya se hacía obsoleta.
Vamos a divertirnos en la educación.  Demos libertad a nuestros estudiantes, para que expresen su creatividad, para que sean emprendedores, para que le pierdan el miedo a los educadores, a las escuelas y a la educación en general.
Adoptemos la tecnología de la educación moderna, multimedia, mutitasking. Dejemos que los niños jueguen más y desarrollemos métodos educativos en el juego tecnológico.
Abramos las puertas amplias del juego en las escuelas, prioricemos
el deporte y dejemos que entre en el aula.  Impulsemos a los maestros a que jueguen, para que se fortalezca la amistad y la competencia sana y creativa.
Las escuelas dominicanas han sido amuralladas, ahora están más separadas de sus comunidades que nunca. Separadas física y espiritualmente.  Hagamos de la escuela el centro de juego, el centro del deporte de la comunidad. Con esto haremos una revolución y lograremos una ventaja competitiva con los demás países que se queden con el sistema educativo clásico.
No podemos ir a la escuela a buscar información, hace tiempo que este dejo de ser el centro de la información y muchos maestros no lo saben. Movamos su centro hacia el deporte y hacia el juego.
Doy gracias a mis dos almas mater, el Colegio Don Bosco y la UASD, por la tanda extendida, allí pude jugar y divertirme. Estas instituciones no le tienen miedo al juego.
Cambiemos la conducta de todos.  ¡¡Vamos a jugar!!

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