miércoles, 19 de noviembre de 2014

Llenemos las escuelas de clubes

La democracia contrario a la dictadura, premia y motiva la creación de grupos. En este sentido, la escuela dominicana debe desde su interior, motivar y educar, desarrollando en su sistema educativo una gran dinámica de grupo.
Hoy el maestro no tiene que concentrarse en desarrollar la capacidad informativa en sus alumnos, de esto se encarga Google de manera magistral. Liberado de esta carga, debe concentrarse en la formación de sus alumnos, en desarrollar sus capacidades estratégicas   y su inteligencia analítica, emocional  y social. Para lograr estas metas, la dinámica de grupo es la respuesta y el lugar donde el maestro y la escuela como sistema, deben desarrollar su liderazgo.
Llenemos las escuelas de clubes, cambiemos todo el andamiaje de la educación clásica que se desarrolló en torno a las ideas centrales que trajo la revolución industrial, donde el maestro se transformó en un supervisor y tenía la visión de unos alumnos pasivos a quienes rellenar,  incluso utilizando la fuerza y el castigo, de información que hoy consideramos inútil y manipuladora, contraria a la libertad y a las críticas.
Hagamos de la escuela un ambiente moderno, amigable y democrático. Utilicemos la tanda  extendida para desarrollar una gran dinámica de grupo. Formemos clubes de lecturas, clubes de deportes, clubes de jardinería, clubes de emprendedores, de internet, clubes de estudio de los problemas de la comunidad y permitamos que los alumnos y maestros participen en los mismos de acuerdo su vocación.
El maestro  debe evolucionar y convertirse un líder, que además de constituirse en un digno ejemplo del pleno conocimiento de su materia de estudio, a la vez sea capaz  de entrenar a sus alumnos en habilidades  tan importantes como el manejo de la dinámica de grupo, la solución de conflictos y el control de sus emociones, responsable de los problemas familiares y sociales.
Para realizar esta transformación, las autoridades del sistema educativo tienen que ayudar al maestro, a cambiar su visión, sometiéndolo  a un proceso intenso de educación continuada, educación que es cara, pero que debe ser aportada por el 4%.  Se le debe pagar y exigir a los maestros una cantidad de horas de educación continúa todos los años.
Como  en forma idónea lo ha visualizado el Consejo Regional de Desarrollo, Inc. (CRD),  en sus estrategias para el desarrollo integral y permanente de las dominicanas y los dominicanos, los recursos del 4 % deben utilizarse no para repetir más de lo mismo, sino para crear una revolución educativa que nos permita tener ciudadanos más consciente de sus deberes y con una formación capaz de innovar y crear cosas interesantes en todos los medios en que se desarrollen, especialmente una sociedad más justa y democrática.
Trabajemos,  no podemos perder las esperanzas. La sociedad siempre ha creado sus visionarios que la han conducido a niveles superiores de desarrollo y de paz. Como escribió Peter Drucker, los planes son solamente buenas intenciones, a menos que degeneren inmediatamente en un trabajo duro, como  también  nos lo sugiere el CRD como la mejor vía para conducir nuestra nación hacia un rumbo luminoso y fecundo.

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